domingo, 11 de diciembre de 2011
María San Felipe canta un 'Secreto a voces' MÉRIDA, Yuc.- La cantante yucateca ofrece el martes velada "de ilusiones y realidades" en el Daniel Ayala
Jaime Tetzpa/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Descubrir que la vida sigue siendo hermosa y que nos permite admirar el color de las plantas y el azul del cielo, degustar los frutos de la tierra y acariciar al ser amado, con una sensibilidad diferente que mantenga alerta nuestros sentidos, es la esencia del "Secreto a voces", que la intérprete María San Felipe invita a compartir en el Teatro Daniel Ayala Pérez, el próximo martes a las 21 horas.
Bajo la dirección de Eric Janicek y el acompañamiento al piano de Pedro Carlos Herrera, María San Felipe invita a conocerla a través de sus composiciones que abordan temáticas diversas y que la muestran en diversas facetas como esposa, madre, hija y "vendedora de ilusiones".
La influencia de compositores como Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Joan Manuel Serrat, por citar a sus favoritos, alimenta su sensibilidad, su amor por la vida y su deseo de trasmitir mensajes que despierten la ansiedad por vivir plenamente.
Al preguntarle si con la música se venden ilusiones, María San Felipe clava la mirada en un punto fijo y afirma que no sólo son ilusiones, también realidades.
"En mis conciertos quiero trasmitir que, a pesar del caos que hay allá afuera, siempre habrá motivos para ser feliz, porque la vida y lo que hagas de ella es tu propio reflejo, ya que el mundo que vives y percibes está dentro de ti: la felicidad, la paz y el equilibrio; siempre hay motivos para continuar".
Agregó que "mucha gente habla de lo malo y ya estamos cansados de eso. Necesitamos enfocarnos en la cara bonita de la vida, porque sí la hay. Están los hijos, los padres, el amor, la familia, lo que da sentido a nuestra vida; eso es lo que quiero decir a la gente que me escucha, por eso vale la pena cantar".
En su opinión, el mejor vehículo para trasmitir ideas es la música, porque todas las personas son sensibles.
"Una canción siempre hará que se escuche el mensaje, porque no entra por los oídos, sino por el corazón; no hay persona que sea ajena a esto, porque es una cuestión neurológica. La música tiene ese poder, por eso al salir de un concierto quiero que la gente se vaya con un sentimiento diferente", indicó.
Respecto a su desenvolvimiento en el escenario dice que "siempre termino siendo yo, la María San Felipe que si se incomoda con los zapatos, se los quita; la que se emociona y siente un nudo en la garganta. Esa es la esencia de la intérprete nació en San Felipe en marzo de 1982 e inició su trabajo artístico en 1999".
Datos
Edad: María San Felipe nació en 1982.
Trayectoria: Inició su trabajo artístico en 1999.
Promoción: "Secreto a voces" es su más reciente trabajo musical.
Secreto a voces. Concierto de María San Felipe en el Daniel Ayala
Conrado Roche Reyes
Secreto a voces. Concierto de María San Felipe en el Daniel Ayala
Anoche escuchamos una voz de una madurez como hacía mucho no teníamos el gusto de oír. Madurez en el sentido estilístico que es el sello distintivo de esta singular y excelente cantante. A mí, sin ver, me ponen un disco o escucho nada más cantar a una mujer y sé de inmediato que se trata de alguien nacida en estas tierras. Casi la generalidad tiene un timbre y un pujidito muy similar, son más o menos del mismo modo de interpretar. Por eso digo que esta mujer, hermosísimo rostro enmarcado por blonda cabellera, se sale de lo que tenemos como norma entre las cantantes yucatecas. María San Felipe tiene un color o timbre que significa lo mismo de voz muy singular. Quien no me dijese que es orgullosamente yucateca, pasaría por una voz de talla internacional, y es que tiene eso que a muchos falta y es tan difícil de conseguir: estilo y clase. Clase, que viene de clásico, aunque no en el sentido fónico; ella tiene clase en las cuerdas vocales, en el andar, en el modo de mover las manos, en su manera de sentarse, en su persona total y, especialmente, en su manera de cantar.
El concierto lo inició María con un vestido largo de color rojo encendido, como la llama del amor que tienen sus interpretaciones. Acompañada de un grupazo cantó dos canciones de su inspiración: “Contigo” y “Duerme”, siguiendo con varias melodías muy en su personal manera de cantar, casi al oído en ocasiones y elevándose de pasión en otras. Durante el intermedio, que no tuvo nada de aburrido, el grupo de acompañamiento nos deleitó con una especie de improvisación jazzística.
La cantante retornó a escena vestida ahora de verde. Ambos vestidos entallados resaltaron su esbelta así como bella figura. Se nota a leguas que es una mujer de carácter, ya que en esta segunda parte, la del vestido verde, se desenvolvió y nos envolvió entre las notas de sus altas notas y sus movimientos exactos, en especial las manos y la expresión facial que transmitía la alegría, tristeza, amor y desamor de lo que en ese momento estaba interpretando. Cantó: “Quien será”, “Quizá”, “Tengo ganas”, un arreglo de “Tu nombre me sabe a hierba”, etc., todas en su sitio exacto, a la hora exacta, con los rabelesianos tonos de voz de María. Tal parece que el verde es un color que le va, ya que a partir de vestirse de color esperanza, ésta se convirtió en esplendorosa realidad. ¡Qué voz, qué estilo, qué pasión, qué expresividad de mujer! Quizás le falta explorar un poco más en sus actuaciones la innata sensualidad que lleva en el cuerpo y en la pícara y… penetrante mirada y sonrisa. Como dijimos, los compositores escogidos fueron Aída María Borges, Daniel Santos-Osvaldo Farrés, Roberto CAAMAL (sacerdote), Joan Manuel Serrat, y otros de lo mejorcito; este es otro plus a favor de la cantante, el magnífico repertorio escogido. Además, nos deleitó a dúo con Gina Osorno y Andrés Tinoco. Mención aparte merece el grupo conformado por Kike Baquedano, teclados; Salvador Fomento, guitarra; Pepe Ballote, saxofón; Jorge Navarro, batería; Julián López, percusión; Pedro Carlos Herrera, piano; y Eric Jacinek, EL MEJOR BAJISTA QUE TENEMOS EN LA CIUDAD. Ya quisiera cualquier virtuoso monstruo del rock presuntuoso tocar con la certeza, la humildad bien entendida de un buen bajista, la precisión y el lleno, es decir, el colchón tan agradable que da a los demás músicos y… ¡base!
Felicitaciones, María San Felipe, que tomó su nombre de su lugar de nacimiento: el puerto de San Felipe. Nos agradaría sobremanera volver a escuchar a esta magnifica y solvente ¡CANTANTE!
Por Esto! YUCATÁN.
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La sencillez de María
La sencillez de María
María San Felipe, el martes pasado en el Daniel Ayala. Fotografía de Luis Andrade, cortesía de María a Un poco de agua.
María San Felipe demostró una vez más lo que sabe hacer: entregarse con su canto al auditorio (que para ella no son sólo eso), hablar con transparencia, regalando retazos de su vida. En fin, dejando ser a la niña que es ella misma.
El martes 6 pasado, la cantautora nacida en el puerto de San Felipe, ofreció su concierto Secreto a voces, en el teatro Daniel Ayala, en el marco del Festival Anual de las Artes 2011.
Poco antes de las nueve de noche, ahí estábamos Pedro, Mariana y yo haciendo la fila para entrar al recinto. Esperábamos personas de las más diversas edades: gente mayor, de mediana edad, jóvenes y niños (dos o tres además de los míos).
Fue una experiencia gratificante ver a María salir del escenario con su flamante vestido rojo, moviéndose graciosamente a ese ritmo de sus músicos que no supe seguir pero que nos mantuvo bien atentos durante todo el concierto. "Se ve más bonita con su vestido rojo", me comentó en voz baja la niña de nueve años cuando María desapareció un momento sólo para volver con un vestido verde.
Tiene María un carisma personal que la distingue: su don de gentes. Habla a los espectadores como a quienes conoce y les habla como a amigos o como familia.
Cuando cantó San Felipe querido, María recordó cariñosamente al autor de la letra, el presbítero Roberto Caamal, quien hizo la composición y la regaló al abuelo de la artista. "¡Quién iba a pensar que yo iba a cantarla en el futuro!", exclamó María, quizá sintiendo en su alma el abismo que hay entre aquello sucedido y lo que pudo no haber ocurrido.
Antes de cerrar la velada, María cantó acompañada de sus invitados especiales, primero con Gina Osorio y luego con Andrés Tinoco.
La audiencia estaba muy atenta a lo que hacía María. Varios la grababan cantando con el celular. Cuando anunció el fin del concierto una voz masculina, allá en el fondo, exclamó espontáneamente: "¡Nooo!".
Salimos del teatro a las 10:30 de la noche y mientras caminábamos comentábamos los momentos del concierto. Los niños se burlaban mutuamente pues hubo un momento en que les ganó el sueño y dormitaron. "Yo me dormí cuando ella cantó Duerme y la oscuridad de la sala tuvo mucho que ver", bromeó la niña.
Fue una experiencia muy positiva para nosotros y estaremos pendientes para participar en otros eventos similares que se realizan en Mérida, aunque el que se lleven al cabo en días hábiles es un verdadero desafío para los dormilones que no deben faltar a clases al día siguiente.
Publicado por El caminante en 09:41
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